26 de febrero de 2016

En los volcanes del P. N. Tongariro

Parque Nacional Tongariro, isla norte de Nueva Zelanda,  25 de febrero de 2016.


Maravilloso recorrido hoy por el Tongariro Alpine Crossing en el Tongariro National Park. Uno de los lugares más hermosos de la isla. Salimos algo más tarde de lo habitual porque cuando, a las cuatro y media sonó el despertador el cielo estaba cubierto, lo que nos sirvió de excusa para dormir algo más. Hacia las seis y media comenzamos a caminar. Un largo trecho acompañados de una luz excepcional, camino de tierra alternando con pasarelas de madera que salvaban los alrededores poblados de brezos primero y después de doradas plantas, musgos blanquecinos sobre los que crecían algunas flores a lo largo de un riachuelo, mi desconocimiento de los nombres es penoso, salvaban decía de los pasos de los caminantes, no muchos al principio que fueron aumentando con riadas de gente como nunca hemos visto en una zona de montaña un tanto empeñativa. Es el recorrido más popular en la isla y los autobuses dejan a los paseantes al principio del track para recogerlos seis horas más tarde en el otro lado del Parque. La luz dorada del amanecer iluminaba el camino y una lago sobre cuya playa esforzados enamorados y visitantes deseosos de dejar constancia de su paso han poblado la arena de corazones y de nombres con las piedras que rodean el lugar.

Las escaleras de madera que evitaban la penosa subida por la grava se agradecían en esta ocasión, sobre todo después de mi experiencia en la vertiente del monte Taranaki. A la izquierda el bello volcán Ngauruhoe, con su pequeño sombrero de nubes y sus rojizas paredes superiores es el que fue utilizado por Peter Jackson para rodar algunas escenas de El señor de los anillos. La subida era, vista desde abajo, igual o más dura de lo que fue la del volcán Taranaki, así  que continuamos la ascensión ahora por un camino con cadenas y cables que ayudaban y aseguraban la subida de los cientos de caminantes que ascendían hacia un collado a partir del cual el viento soplaba con una fuerza que dificultaba y hacía más costosa la marcha. Hicimos un alto y desayunamos resguardados por unas rocas; en el fondo, a lo lejos, sin posibilidad alguna de descenso, en una impresionante caída se veía el llano del que procedíamos.

Llegamos al collado del que salía el camino al volcán Tongariro y decidimos alcanzarlo. El viento se empeñaba en dificultar una preciosa ascensión con varios collados más hasta llegar a la cumbre, un pico formado por grandes rocas ocupadas por un buen número de caminantes que reponian fuerzas y se hacían las fotos de rigor. Ahí me hizo Alberto la que dedico a nuestro amigo Le Sheitan, que se mete conmigo por mi condición de fumadora, mientras me fumo un cigarro: Para Le Sheitan con todo el humo del mundo. Por el camino, las espléndidas vistas de los lagos Esmeralda y Azul cuya visita se queda para otras vidas venideras.

Después fue bajar por el mismo itinerario que habíamos hecho en la subida y volver a admirar la belleza de las formas, los colores, todo aquello que conforma el lugar donde los tres volcanes principales del Parque Nacional  Tongariro, el del mismo nombre, el Ngauruhoe y el Ruapehu, algo más al sur son los reyes de esta zona tan excepcional.

Volvemos cansados y con nuestras rodillas algo maltrechas pero felices de haber disfrutado tanto y yo de resarcirme de mi fracaso en el volcán Taranaki. Ahora creemos que toca buscar algunas playas para los próximos días.






















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