Kyoto, 9 de noviembre de 2015
Pasamos de nuestra minicelda en Osaka a una habitación en una casa típicamente japonesa como las que aparecen en tantas películas, aquí puedo recordar escenas de Cuentos de Tokio, de Yasujiro Ozu, Hermano y hermana, de Mikio Naruse o El imperio de los sentidos, de Nagisa Oshima. Huele a bambú, la luz de una lámpara de mesa ilumina suavemente la habitación cuyo mobiliario lo constituyen una mesita baja, un par de cojines y dos futones. Podría ser cualquiera de las habitaciones de los ancianos interpretados por Chishu Ryu, ese actor que no necesita más que mirar al espectador para transmitirle las preocupaciones, los sentimientos y las dudas que la vida lleva a sus personajes, tan sencillo y tan profundo como el cine de Ozu, inseparables en tantas películas como El sabor del sake, Las hermanas Munekata, Crepúsculo en Tokio,Cuentos de Tokio, El hombre del carrito, etc.
Sólo estaremos en Kyoto dos días y medio, no encontramos alojamiento barato para más tiempo. Últimamente la fotografía no me deja mucho tiempo para escribir o leer, se ha convertido en algo parecido a uno de esos proyectos que te absorben y que te aportan una buena cantidad de disfrute.
En las imágenes, el otoño en el parque del Palacio Imperial de Kyoto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario