13 de octubre de 2015

El otoño en Almaty

Almaty, Kazajstán. 13 de octubre de 2015.


Almaty en esta época del año es una ciudad otoñal, muchos, muchos parques y, donde no los hay, calles flanqueadas en sus aceras por filas de árboles. Pocas ciudades tan agradables nos hemos encontrado. Es, además, una ciudad tranquila, los coches circulan despacio, se detienen en los pasos de cebra y respetan al peatón.

Sacamos los billetes de tren para Urunqui, no había hasta el sábado próximo lo que hace que tengamos una semana tranquila de descanso y de disfrute de la ciudad. Alberto ha reformado, como casi siempre hace, la pequeña habitación en la que vivimos estos días. Ha arrastrado la cama para hacer un hueco junto a la ventana y allí ha colocado la mesa y una de las sillas. El hotel está prácticamente lleno, principalmente por kazajos (de nacionalidad, otra cosa son las etnias a las que pertenezcan) que incluso viven aquí por razones de trabajo; hay una cocina amplia donde por la noche se cocinan sus cenas y conversan entre ellos, también con nosotros hacen su pequeño esfuerzo para intercambiar unas palabras. Ashat, es un joven de treinta y cuatro años que además de dominar perfectamente el inglés tiene una cultura amplia de lecturas y de planteamientos religiosos y filosóficos; es abierto y hablador y se comunica muy bien con todo el que pasa por la cocina. Mi inglés desgraciadamente no da para participar activamente en la conversación que mantiene con nosotros y me tengo que limitar a escuchar o a intervenir escuetamente para no interrumpir la fluidez del discurso entre Alberto y Ashat. 

Ayer visitamos el State Museum. Como siempre en estos países hay una buena parte dedicada a ensalzar al presidente de la nación, otro antiguo cargo comunista más, como en las demás repúblicas centroasiáticas, que gobierna desde la independencia del país en 1991 en una "democracia" sin un real poder legislativo y unas elecciones sospechosas de fraude. En contraposición a esto último, el país ha experimentado un avance notable económicamente, parece que el desempleo es bajo, ocupa un lugar relativamente alto en el Índice de Desarrollo Humano y no se ve la pobreza que encontrábamos en los demás países centroasiáticos, especialmente en Tayikistán. Las otras dos salas que visitamos eran más interesantes, una dedicada a los objetos, hábitos de vida y vestimenta tradicionales (prohibido fotografiar, no pude recoger los bonitos trajes y calzado expuestos) y otra en la que están representadas todas las culturas a las que pertenece la población de Kazajstán: kazajos, rusos, ucranianos, bielorrusos, polacos, judíos, coreanos urguies, chechenos, tártaros.. creo que me olvido de alguno o algunos más.

He vuelto a mi estudio del inglés, a escuchar los podcast que me descargo en el móvil, ayer uno sobre la situación en Afganistán y otro de ese programa genial sobre música clásica que es Música y significado, y hemos comprado entradas para Madame Butterfly en el teatro de ópera y ballet de Almaty, tenía mi música algo abandonada por falta de tiempo.

Hoy toca museo de pintura, espero que no sea como el de Bishkek, una pequeña sala con una treintena de cuadros de pintores kirguies anclados en un impresionismo un tanto trasnochado.

Al final no hubo museo de pintura. Intentamos, dado que hacía buen tiempo, ir a dar un breve paseo por la montaña pero se nos hizo tarde y decidimos subir en el teleférico a la colina que hay junto a la ciudad. Tampoco hubo suerte, están en obras durante todo el mes, así que hoy simplemente paseamos, cosa que tampoco está mal. Mañana llueve.





















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