12 de septiembre de 2014

Derrota. Cansancio, de Alfonsina Storni


Cuando te sientes pequeña, poca cosa, cuando has sido derrotada en tus intenciones de salvar un momento difícil, cuando te levantas por la mañana y miras sin ver, cuando el silencio se desborda y te anega o el ruido no te deja sentirte, cuando no eres capaz de arreglar una avería porque has olvidado cómo hacerlo o seguir los pasos para comprender su origen, cuando te pones a escribir y tus palabras te parecen vanas y torpes, cuando te sientes nimia, fútil y baladí.



Cansancio

Todos, todos tenemos una hora cobarde,
una hora de hastío cuando muere la tarde.

Cuando se va el amigo que nos trae calor,
el amigo de oro, el Mago Gestador.

Cuando se juntan todas las impresiones malas
y el alma es un tejido de finísimas alas.

Cuando puede decirse: lo que fue no será;
lo que no hice hoy no lo haré nunca ya.

Es entonces, cobarde, que me acosa el deseo
de no ser y ni pienso, ni trabajo, ni creo.

Es una nulidad completa de mí misma
que me asusta y me hiere, me subyuga y abisma.

Es entonces que yo quisiera ser así
como una cosa nimia, fútil y baladí.

Un chicle que se lleva guardado en el bolsillo,
una prenda cualquiera, un reloj, un anillo...

Ser una cosa muerta que la llevan cargada
y que no sabe nada y que no piensa nada.

…......................................................................

Todos, todos tenemos una hora cobarde,
una hora de hastío cuando muere la tarde.


La inquietud del rosal (1916)