Ayer
me crucé con un antiguo alumno. Se sentó dos o tres asientos detrás
del que ocupaba yo en el autobús. Guapo, con un toque chulesco,
aparentemente seguro de sí mismo, le oía perfectamente desde mi
asiento hablar con un amigo dándole lecciones, consejos y tomando el
papel de entendido sobre lo que tenía que hacer para sacarse el
carné de conducir. Recordaba perfectamente su voz. No fui capaz de
recordar quién era, ni siquiera, en un principio, qué tipo de
alumno fue, pero después de escucharle, recordaba perfectamente su
voz y sus ademanes, llegué a la conclusión de que fácilmente había
pertenecido al grupo de los macarrillas rebeldes.
Entonces,cuando
aún trabajaba, no me llevaba mal con muchos de ellos, incluso bien
dentro de una relación con mucho de mano izquierda. También
hubo otros con los que no conseguí cruzar la línea que impide vivir
con ellos o desde ellos situaciones lamentables, amargas o incluso de
puro enfrentamiento.
Ya
en Madrid fui a ver la exposición que hay en La Fábrica sobre uno
de los trabajos de la fotógrafa Sally Mann. At Twelve agrupa treinta
y cinco retratos de niñas en torno a los doce años en la década de los 80, los mimos años en los que fotografiamos a ese chaval argelino de expresión dura y amarga. Aparentemente
sencillas no son retratos al uso. Lo que transmiten sus miradas sobre
todo y sus gestos y posturas no es la candidez de la infancia sino el
acercamiento al ser adulto. Según dice el artículo sobre la
exposición hay casos en los que las fotografías están preparadas,
no son espontáneas, pero es lo mismo, Sally Mann transmite emociones
de diverso cariz en todas ellas. Algunas están cargadas de
sexualidad al estilo de Lolita pero lo que todas reflejan es la
inconsciente incertidumbre, a veces el temor o la aparente y casi
excesiva pero todavía no resuelta seguridad en sí mismas, ante su
creciente transformación en adultas.
(Mis fotos desparecieron del blog y éstas de Sally Mann no tienen la resolución adecuada para disfrutarlas, lo lamento)
(Mis fotos desparecieron del blog y éstas de Sally Mann no tienen la resolución adecuada para disfrutarlas, lo lamento)