22 de mayo de 2012

Bernard Herrmann (4) Vértigo, Con la muerte en los talones, Psicosis y final con Hitchcock

“Rodar películas, para mi quiere decir en primer lugar y ante todo, contar una historia. Esta historia puede ser inverosímil, pero no debe ser jamás banal. Es preferible que sea dramática y humana. El drama es una vida de la que se han eliminado los momentos aburridos. Luego entra en juego la técnica y aquí soy enemigo del virtuosismo. Hay que sumar la técnica a la acción.(…) La belleza de las imágenes y de los movimientos, el ritmo, los efectos, todo debe someterse y sacrificarse a la razón.”

Alfred Hitchcock



Tres películas muy diferentes entre sí: Vértigo: belleza, Con la muerte en los talones: diversión, Psicosis: terror.





Vértigo es una película ante todo bella. Hay suspense, una historia de amor más allá de la realidad, erotismo como en ninguna otra película de Hitchcock, una atmósfera onírica y enfermiza, pero sobre todo es hermosa.

"François Truffaut: 'Todo ese aspecto erótico del film es apasionante. Pienso en otra escena hacia el principio, después de que James Stewart repesca a Kim Novak, que se había arrojado al agua. La volvemos a ver en casa de James Stewart, acostada desnuda en la cama. Entonces, ella se despierta y eso nos demuestra que él la ha desnudado, que la ha visto desnuda, y sin que en el diálogo se haga referencia alguna a ello. El resto de la escena es extraordinario, cuando Kim Novak se pasea con la bata de Stewart, cuando se ven sus pies desnudos deslizarse por la alfombra y cuando James Stewart pasa una y otra vez por detrás de ella... Hay en Vértigo cierta lentitud, un ritmo contemplativo, que no se encuentra en sus otros films, a menudos construidos sobre la rapidez, la fulguración.'

Alfred Hitchcock: 'Exacto, pero ese ritmo es perfectamente natural, ya que contamos la historia desde el punto de vista de un hombre que es un emotivo.'"

El cine según Hitchcock, de François Truffaut.


La banda sonora es una de las mejores de Herrmann y la mejor de las que compuso para Hitchcock. Es, además, fundamental para el desarrollo y la puesta en escena de la película.


En lo títulos de crédito tanto el trabajo de Saúl Bass como la música presentan la caída del protagonista hacia el fondo de su desesperación, de su drama, en el caso de Herrmann mediante una partitura cargada de misterio y en la que el tema principal es repetido con distintos instrumentos y diferente tono siguiendo una gradación con la que progresivamente nos va envolviendo, nos atrapa y hace que, ya desde ese principio, no podamos retirar los ojos de la pantalla.





Las secuencias en las que Kim Novak es protagonista van subrayadas con un estilo romántico, melancólico protagonizado por las cuerdas en un principio y desarrollado con variaciones en otros momentos en los que aparece Kin Novak y que da lugar al que moldea la mejor escena de la película, cuando ella aparece transformada en Madeleine y el amor de Scottie se desborda en su mirada, en el beso...





Hay otros fragmentos persecución por los tejados al principio de la película y cuando Scottie sube por primera vez al campanario tras Madeleine (Tras el preludio minuto 3,20)





Una habanera en las escenas relacionadas con Carlota y, principalmente en el sueño de Scottie










Con al muerte en los talones es pura diversión. Da lo mismo que la historia que relata sea absurda en algunos momentos, también tiene lagunas la historia del marido y el crimen de Vértigo, es algo que sucede en casi todas las películas de Hitchcock, no en Psicosis. Hitchcock decía en el libro antes citado que el gusto por el absurdo lo llevaba de manera totalmente religiosa. Y esta película es entretenida y divertida en parte gracias a ese absurdo, basta con recordar la secuencia de la avioneta.



Lo más representativo de esta partitura es el fandango que se escucha durante la proyección de los títulos de crédito y en dos escenas más: el asesinato en la sede de Naciones Unidas y al final durante la aventura en el monte Rushmore. Se basa, como en el preludio de Vértigo en la repetición de unas notas aumentando gradualmente la tensión y la intriga.




El otro tema es el compuesto para Eve Marie Saint, un tema de amor. Dulce y suave en contraposición con la acción trepidante de la película.






Psicosis es principalmente terror, por supuesto no un terror gratuito o válido por sí mismo, sino terror unido totalmente a la intriga y a la tensión que crea Hitchcock. Es un guión perfecto del que únicamente sobra, quizás, la explicación del psiquiatra por estar tratada con una frialdad que choca con el resto de la película.


En la banda sonora destacan tres temas, "Preludio", un lento pero persistente camino hacia el suspense mezclado con fragmentos más tranquilos que se remiten a la secuencia del viaje de la protagonista hacia el motel; "Tormenta", un viaje que se antoja interminable por la duración de las secuencias y por la música de Herrmann que alterna los temas y que une, con cada nota, lo que vemos en la pantalla, y "Asesinato", los chirridos de los violines como cuchillo que se clava en la víctima y la lenta muerte de ésta, la música se desliza como se deslizan las manos de Janet Leigh por los azulejos de la ducha. Durante toda la composición utiliza sólo instrumentos de cuerda, sin la habitual participación, en los films de terror convencionales, de la percusión y de los instrumentos de viento. Los contrastes se obtienen por combinación de graves profundos y agudos muy altos con los que crea un sentimiento de angustia y aumenta la sensación de terror.













En Los pájaros la colaboración de Herrmann se limita a los efectos sonoros, no hay música en la película







Marnie, la ladrona es la última colaboración entre los dos. Es un film más flojo que los anteriores y que ha resistido menos el paso del tiempo, pero no así la partitura de Herrmann en la que se perfila la situación de la protagonista causada por su trauma infantil y la angustia que ésta le produce. De nuevo las cuerdas habituales en Hermann. 



Hay también un tema de amor que recuerda al de Vértigo y que aparece unido al anterior en numerosas ocasiones.












En Cortina rasgada la partitura de Herrmann más perturbadora y vehemente, fue sustituida por la de John Addison, más comercial.


Aquí la de Herrmann





Y aquí la de Addison






12 de mayo de 2012

Bernard Herrmann (3). Primeras películas con Hitchcock.


 
La colaboración de Herrmann con Hitchcock comienza con ¿Quién mató a Harry? Y termina con la retirada por parte de Herrmann de la partitura para Cortina rasgada.

Parece que el contraste entre la frialdad de Hitchcock y el apasionamiento de Herrmann hizo que la unión entre ambos funcionara durante años y que diera pie a la conjunción de música, guión y puesta en escena en las películas que Hitchcock rodó entre 1956 y 1964, principalmente ¿Pero quién mató a Harry?, Vértigo, Con la muerte en los talones y Psicosis.



 ¿Pero quién mató a Harry? Es una deliciosa mezcla de comedia y suspense, una película simpática, entretenida, en la que no falta la intriga, y con más humor negro del que siempre fue habitual en Hitchcock.

Su banda sonora está formada por tres temas, uno, el que se puede escuchar en los títulos de crédito: comienza con unas notas que anuncian tanto los rasgos humorísticos como la vertiente de misterio de la trama y que choca con las infantiles ilustraciones sobre las que suena la música. Esta parte de la partitura repite casi obsesivamente una gradación de notas, característica de muchas de las composiciones de Herrmann para películas de suspense pero que en este caso se aplican tanto a los momentos de suspense como a los humorísticos. En los otros dos, más cerca de su lirismo habitual, la orquesta en la que los clarinetes tienen la palabra acompaña a las imágenes que muestran el pueblo donde se desarrolla la acción y a las dos historias de amor de la película. A lo largo del film los tres temas se alternan y mezclan.

Títulos de crédito (sin permiso para insertar)


Los otros temas




El hombre que sabía demasiado es, para mí, una de las más flojas de esta etapa de Hitchcock junto a Falso culpable que me parece, con todos mis respetos, una mala película. La participación de Herrmann en estas dos obras es menos significativa. En El hombre que sabía demasiado porque su colaboración es menor y en Falso culpable porque su trabajo me parece más convencional.
 


 El hombre que sabía demasiado es un remake de la película que, con el mismo título, rodó Hitchcok en 1934. Es una obra irregular de la que se salva la parte primera, que se desarrolla en Marruecos, y otra, emocionante y perfecta técnicamente que es la secuencia del concierto en el Royal Albert Hall.

Su banda sonora es básicamente la cantata The Storn Clouds, que Arthur Benjamin compuso para la película de 1934 y versionada en esta ocasión por Herrmann. Es también Herrmann quien dirige la orquesta a lo largo de una secuencia de 9 minutos que mantiene en vilo al espectador. No hay diálogos, sólo la cantata y un montaje que integra música e imagen de manera magistral. Aparte de esto Herrmann compone algunos fragmentos musicales más que aparecen realzando unas pocas escenas.
La cantata, sin embargo, es espectacular por sí misma, no sólo por esa fusión con la trama, constituyendo ambas una única entidad. La utilización del arpa y los siguientes compases me recuerdan mucho a la música de Herrmann para otras películas de Hitchcock, en concreto a Vértigo, ignoro si tienen que ver con la versión de Herrmann o pertenecen al original de Benjamin.


La canción Que será, interpretada por Doris Day, casi a voz en grito por exigencias del guión, cumple una función clave en el final de la película.





Falso culpable es en mi opinión la película más floja de Hitchcock. El guión, la historia de un contrabajista que es confundido por diferentes testigos con el hombre que había asaltado varios establecimientos, es demasiado simple, tiene un final absurdo, una carga religiosa fuera de lugar y una trama secundaria, la depresión de la esposa del protagonista, que parece añadida de cualquier manera, sin razón y con bastantes dosis de exageración. Los personajes son más bien planos y Henry Fonda, tan falto de expresividad (la cara que aparece en el cartel es prácticamente la misma de toda la película), me ataca los nervios tanto como en su papel en El fugitivo de John Ford. Qué diferencia con su trabajo en Pasión de los fuertes o Fort Apache o Doce hombres sin piedad.


La banda sonora comienza con una pieza alegre y rítmica con un tema quizá algo machacón.


 Cerca del final vuelva a aparecer este ritmo alegre.


El prólogo repite una melodía muy básica, aumentando sucesivamente la velocidad y el ritmo, y crea el suspense necesario.



A lo largo de la película, siempre basándose en esas pocas notas de fondo y añadiendo melodías en las que predominan temas lentos generalmente lúgubres excepto en las secuencias con su mujer o con sus hijos,(10) la música acompaña a Henry Fonda en sus vicisitudes. 


Unas pocas notas alegres cierran la película. Es una buena banda sonora en cuanto que cumple bien su función pero no llega a la altura de ¿Pero quién mató a Harry?. Su escucha, aislada de la película, no necesita más de cinco minutos.